Culmina la edición número 68 de una Berlinale que será recordada por dos cosas: por su floja sección de competición, y por el movimiento #metoo que impregnó todo el festival. El propio Dieter Kosslick reconoció que menos de cinco películas tuvieron que ser descartadas del festival porque en ella había actores o directores que habían sido autores confesos de casos de abusos sexuales. No obstante, se coló el director surcoreano Kim Ki – duk, acusado por una de sus actrices de haber realizado escenas de sexo sin su consentimiento. Él se limitó a reconocer haberle dado una bofetada en un rodaje, sin pedir disculpas. Por su parte, el director del jurado de este festival, el alemán Tom Tykwer, pidió que el debate del #metoo fuera de lo más constructivo posible.

Las apuestas de directores jóvenes de Europa del Este y América Latina han sido las grandes triunfadoras de este festival. Pero la edición no ha estado exenta de críticas de directores alemanes a su director Dieter Kosslick, que le pidieron hace meses por carta reestructurar el festival y traer películas que estén a la altura de competir con otros festivales como el de Cannes o Venecia. Su mandato de 17 años hasta la fecha finaliza en mayo de 2019. Es decir, queda otra Berlinale más bajo su dirección y criterio.

A continuación, destacamos tres películas de la noche de premios:

La película ganadora: “Touch Me Not”, Adele Pintilie

Como ya había recogido el premio a mejor ópera prima, la cara de asombro de la directora rumana Adele Pintilie para subir de nuevo al escenario a recoger el Oso de Oro a mejor película era más que evidente. En una edición en la que no había una película favorita, el asombro fue también para la crítica. Muchos de los espectadores del pase de prensa y del pase público habían abandonado la sala de cine con esta proyección por las escenas de sexo y sadomasoquismo. Un filme sobre la intimidad, el sexo, los tabús y traumas de sus personajes a lo largo de mucha terapia, plano a plano.

La propia directora conversa con la protagonista (Laura Benson) que no soporta las caricias de nadie, e intenta descubrir por qué. Una fotografía fría, blanca de hospital, y una música estridente con planos que la cortan en medio de cualquier palabra. No es una película para todos los gustos ni muchos menos para disfrutarla. Juega con los prejuicios y tabús que nosotros como espectadores voyeuristas escondemos.

Al recoger el premio, Pintilie pedía abrir el diálogo sobre la intimidad y la sexualidad que expone su cinta. Una apuesta muy arriesgada que le ha salido bien a la segunda mujer directora consecutiva en recibir Oso de Oro, el año pasado le tocó a la húngara Ildikó Enedi por “En cuerpo y alma”. Quizás el debate del #metoo inclinó la balanza a un palmarés femenino, que hizo que el Gran Premio del Jurado fuese para la directora polaca Malgorzata Szumowska por “Mug”una metáfora sobre el conservadurismo de la Polonia actual.

“Las herederas”Marcelo Martinessi

En 68 años de festival, nunca antes había entrado una película paraguaya en la Berlinale. Y lo hacía por la puerta grande, en competición. Esta ópera prima de Marcelo Martinessi se llevó dos Osos de plata: el premio Alfred Bauer en homenaje al fundador del festival que se da a cine que abre nuevas perspectivas, y el premio a mejor actriz a Ana Brun. Un día antes, la película ganó el premio FIPRESCI de la crítica internacional.

“Las Herederas” cuenta la historia de Chela (Ana Brun) y Chiquita (Margarita Irún), una pareja que debe separarse cuando Chiquita contrae una deuda con el banco y tiene que ir a la cárcel. Chela (Ana Brun) deberá aprender a vivir sola en una sociedad de la clase alta de Asunción cargada de prejuicios, y más cuando se pierde el poder económico. Con un excelente guion y reparto, se disfruta acompañar a Chela en su nueva vida. La propia Ana Brun dedicó este premio a las mujeres de su país y en rueda de prensa reconoció que no se había esforzado mucho por el personaje porque en realidad contaba su historia personal. Marcelo Martinessi aprovechaba para denunciar que el Parlamento de su país no aprobó la Ley de Género y espera que su película sirva para abrir camino a favor de la diversidad y la igualdad.

“Museo”Alonso Ruizpalacios 

Ya ganó hace cuatro años un Oso de Plata por su ópera prima “Güeros” y ahora se llevaba junto al guionista Manuel Alcalá el premio a mejor guión. El director mexicano cambió el blanco negro por el color en “Museo”pero sigue hilando sus historias a través de una road movie y con estudiantes como protagonistas. “Me gustan las roadmovies porque es como la vida misma, te acabas desviando por otros caminos“, reconoció.

Esta vez Gael García Bernal y Leonardo Ortizgris dan vida a los dos jóvenes que robaron más de cien piezas mayas del museo más importante de México. “El regalo de los ladrones fue recordarle al pueblo de México que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde“, explicaba Ruizpalacios, quien dedicó el premio a los mexicanos que salieron a ayudar tras el trágico terremoto de hace unos meses, igual que ocurrió en el 85, año en el que está basada su nueva película. “La terrible coincidencia del terremoto fue una ironía y una sacudida literalmente. Y ver cómo las dos veces la sociedad hizo a un lado a sus políticos y dijo tenemos que ayudarnos nosotros“, añadió.