Unas 8.000 mujeres periodistas de España (entre ellas quien firma este post) firmaron el Manifiesto llamado “Las periodistas paramos” que fue leído durante la Huelga Feminista del 8 de marzo que se dio en una docena de ciudades de España.

Tanto el manifiesto como la huelga no surgieron por parte de un sindicato, partido político o medio de comunicación, como suele ser el caso. Por primera vez, mujeres que lideran morning shows en televisión y radio, o presentan noticieros en España, decidieron apagar sus micrófonos en los estudios para hacer escuchar sus voces en la calle.

¿Por qué se manifestaron?

En primer lugar, porque dar la cara no significa tomar las decisiones. De acuerdo con una investigación publicada en El profesional de la información, los hombres lideran 3/4 partes de los cargos de máxima responsabilidad gerencial y 2/3 partes de los puestos de toma de decisiones sobre los contenidos. A nivel general, el 75 por ciento de los directivos españoles son hombres.

En segundo lugar, la brecha salarial sigue siendo una realidad en el sector. De los periodistas españoles que cobran menos de 1000 euros, el 85 por ciento son mujeres.

Además de estas reivindicaciones económicas, el acoso sexual y laboral es otro de los puntos clave de este manifiesto, siguiendo la oleada de protestas como el #metoo o #timeisup. En el caso de las mujeres periodistas el problema del acoso tiene una arista más, porque además de vivir abusos de superiores o compañeros, también pueden ser acosadas por las fuentes. Además, dentro de la atmósfera de muchas redacciones españolas se hacen presentes ciertos tratos de condescendencia y de paternalismo, así como otras formas de micro-machismos.

Además de estas reivindicaciones económicas, el acoso sexual y laboral es otro de los puntos clave de este manifiesto, siguiendo la oleada de protestas como el #metoo o #timeisup. En el caso de las mujeres periodistas el problema del acoso tiene una arista más, porque además de vivir abusos de superiores o compañeros, también pueden ser acosadas por las fuentes. Además, dentro de la atmósfera de muchas redacciones españolas se hacen presentes ciertos tratos de condescendencia y de paternalismo, así como otras formas de micro-machismos.

Por último, las periodistas se manifestaron también contra la mirada parcial en las coberturas periodísticas. Los espacios de opinión y las tertulias están masculinizados. De acuerdo con el Proyecto Global de Monitoreo de Medios 91 por ciento de los expertos y el 82 por ciento de los portavoces en medios generalistas son hombres.

“Solo hemos necesitado una chispa para salir a la calle a reivindicar”

El movimiento de #LasPeriodistasParamos no se explica sin el grupo de mensajería instantánea Telegram, que durante días previos sirvió para debatir sobre esta huelga y organizar la campaña del manifiesto en redes. El trabajo dentro de Telegram se dedicó también a vigilar a las nuevas integrantes del propio grupo, pues uno de ellos, el de recepción de videos, se infectó de trolls que quisieron acabar con la protesta, sin éxito.

Algunas de las organizadoras de la protesta compartieron con Global Voices las particularidades que caracterizaron esta protesta y los elementos que parecen haber colaborado con su éxito. Además, preguntamos qué fue lo que marcó la diferencia en esta ocasión y por qué es ahora que se sale a la calle para pelear por estas reivindicaciones:

Lucía Gómez – Lobato: Las periodistas nos hemos conseguido organizar por primera vez, con lo que ello supone de arrastre de medios de comunicación de todos los colores. La repercusión inevitable ha conseguido doblegar incluso a políticos y con todo, la sociedad entera ha reaccionado. Efecto contagio y efecto bola de nieve, mucho.

María José Romero: Solo hemos necesitado una chispa para salir a la calle a reivindicar. Los asesinatos del año pasado, la manada (el caso de la violación en grupo a una joven), el #metoo, el goteo continuo de actitudes machistas… Todo ha llenado el vaso de nuestra paciencia y en el caso de las periodistas sólo ha bastado que unas pocas iniciaran el movimiento para acabar todas metiéndonos de lleno, porque nuestras desigualdades son las mismas.

Rocío Ibarra Arias: Uff creo que ha sido la chispa, como en otras ocasiones. Bajo mi punto de vista, creo que hoy ha sido el resultado de un cúmulo de injusticias y la necesidad de decir a una de ellas básica: ¡BASTA YA! Pero no sé, creo que también hay una parte de necesidad de la gente de salir a la calle y mediante la unión demostrar que tenemos fuerza y tenemos el poder de cambiar las cosas. Y creo que las Periodistas Paramos ha sido un impulso.

Ana de la Pena: Desde mi punto de vista, nosotras cubrimos la actualidad y aquí este [año] se han difundido más los casos de violencia machista. También hemos ido quitando la etiqueta “tabú” durante estos meses, tocando estos temas una y otra vez.

María Grijelmo: No lo sé, pero en el último año el número de noticias sobre machismo y feminismo ha sido exponencial respecto a años anteriores. Un caldo de cultivo de muchos años de movilización feminista que ha ido calando en los medios y en las calles hasta conseguir vivir lo que hemos vivido hoy. Hemos hecho historia pero el movimiento es eso. Seguir caminando.

Mariona Sòria: Creo que el éxito de hoy es que por primera vez se han encontrado la primera generación de mujeres feministas con las que se acaban de incorporar, que ven que la situación que les toca vivir e tan nefasta como la de nuestras madres, precariedad, falta de oportunidades, patriarcado latente.

Kristina Zorita: La cifra de mujeres asesinadas, la manada, una crisis que ha golpeado más a las mujeres, pueden ser parte de la causa.

Claudia Morán: Yo creo que los casos mediáticos de asesinatos machistas como [el de] Diana Quer y el intento de violación en Boiro tuvieron mucho que ver. Este año se mezcló con el movimiento #metoo en EEUU y un presidente diciendo sobre legislar contra la brecha salarial.

La crisis económica sufrida por los medios españoles a partir de 2007-2008 se tradujo en un espectacular crecimiento de los niveles de desempleo entre los periodistas, y las peor paradas fueron las mujeres. El desempleo entre las mujeres en periodismo es superior al de los hombres, en concreto de un 63,8% por ciento según datos oficiales.

Sin embargo, cada vez más mujeres estudian periodismo. Seis de cada diez estudiantes de esta especialidad son mujeres, según informa la Asociación de la Prensa de Madrid con datos de los últimos cuatro años.

Las históricas manifestaciones vividas este 8 de marzo abren el debate no solo sobre la toma de decisiones en los medios en España, sino en las políticas sociales y económicas de otros sectores laborales. A cincuenta años del lema feminista dando cuenta de que “lo personal es político” y de las reivindicaciones laborales empujadas por el Mayo Francés que influenciaron también a España, esta generación de mujeres parece darse cuenta de que la causa sigue necesitándolas.